Dulce Diciembre

Es más que sabido que la vida da mil vueltas, unas buenas, y reveses malos, eso a estas alturas ya no me sorprende, lo que sí me ha dejado muy impresionado ha sido el gran apoyo que recibí de mis amigos en mi depresión post-ex y cuando recién comienzo a superar esto, cuando ya empiezo a rearmarme aparece alguien… el Sr Bellamy.

El día 15 de noviembre, 15 días exactos desde la muerte del Sr Grossow me encontraba hablando vía eM eS eN con este chico, que debo mencionar, es el más lindo de mi temporada primavera-verano, el simpático y loco Sr Bellamy.

Él es un personaje alto, usa un lenguaje “relax, loco la volá” y etc. Pero sin darle ese toque flaite, sino que le daba estampa de ser un chico universitario. Contextura delgada, manos suaves, perfil y actitud masculina y… bisexual. Este muchachito vive y muere por una banda de rock británico que tiene buenas, muy muy buenas canciones, me estoy haciendo un poco fan de esta banda… por culpa de esta persona. Tiene un carácter bastante peculiar ya que habla muchos disparates juntos y comprimidos, quizás de la misma manera de la cual los hablo yo.

Esto me atrajo mucho de él ya que como pase por una pequeñita depresión, él estuvo ahí para decirme lindas palabras, momentos que necesitaba con suma urgencia, momentos que aunque fueron poquitos, no los olvidare.

Todo con él empezó como una amistad, acentuando las estupideces que hablábamos, hasta que de repente comencé a encontrarlo mas simpático de lo normal. Comenzaron las indirectas muy directas entre nosotros, indagando si había alguien que nos atrajera, indirectas que ambos sabíamos que eran para ambos (valga la redundancia). Llego un momento que mientras hablaba con él, la hora se me paso tan rápido que termine apagando mi PC a las 5:39 am (jamás había salido tan tarde de internet), esto es un síntoma y porque no decirlo señal para saber si alguien te agrada más de la cuenta.

Llego el momento de vernos físicamente por primera vez, y como nunca toda esa mañana comenzó mal, se me perdieron mis llaves, mi billetera, encargos a última hora y demases; cuando estaba ya 30 minutos tarde y cuando estuve a punto de llamarlo para cancelar me dije “nooo” ; de hecho me sentí tan culpable por mi retraso que le compre un chocolate sahnee-nuss (cosa que jamás había hecho por alguien en ese momento) para que no pensara que me diera lo mismo, pero para mi sorpresa él llego al mismo tiempo que yo y al verlo me temblaron las piernas de nerviosismo; ahí estaba él, caminando hacia mí en el andén del metro “los quillayes”, con una cara de extraña felicidad, en ese mismo momento pensé “guau, que bueno que no cancele”

Nos fuimos al parque de las esculturas, un parque demasiado especial para mí, ya que ahí tengo mis encuentros con mi mejor amiga la Marisol y ahí nacen muchos de mis escritos. Para mí el tiempo con el Sr Bellamy en ese momento paso volando, desde las 16:30 hasta las 22:20 (otra señal demasiado buena de que alguien te gusta… y mucho).

Antes de ver al Sr Bellamy me seguía atormentando el fantasma del Sr Grossow, pensé cruelmente que mi saliente tendría la capacidad de hacerme olvidar lo que pase con aquel fantasma que me torturaba.

Al terminar esta primera cita con este personaje me di cuenta de algo bastante simpático y a la vez sorprendente… ya me gustaba y no podía hacer nada para evitarlo; el fantasma de mi ex había desaparecido por completo y fue tan maravilloso esto para mi, que me reía solo (como los locos), ahora si podía estar completamente sin pensar en él gracias al Sr Bellamy; le daba el fin a una era y comenzaba una nueva, llena de pequeños grandes momentos, de breves situaciones con el Sr Bellamy. Me sentí genial al ya no pensar ni cuestionar a mi ex.

Las cosas seguían marchando bien, mi mes de noviembre terminaba y comenzó diciembre, mi bello diciembre, mi dulce diciembre, seguía hablando con él hasta las tantas y todo iba de lo mejor.

Nos vimos nuevamente, ahí confirme lo que había pensado, me gustaba y mucho, no había presencia del Sr Grossow para nada y era tan perfecto que los únicos silencios que habían entre nosotros eran gran parte para mirarnos. Esta vez nos vimos en el parque araucano, un hermoso lugar lleno de juegos, una vista increíble y particularmente especial para pasar un rato agradable, recorrimos el ala izquierda de este paraje de manera completa. Hay en este mismo lugar una especia de pajarera (donde hay muchos pájaros, obvio) hermosa la que me quede impávido mirando, fue genial ver que él también lo hiciera aunque muy poquito; esta vez hubo una situación bastante particular, situación casi-beso, en la cual él me robo mi encendedor, y yo no podía quedarme así y fui en su rescate y como yo soy muy torpe, estábamos muy cerca, yo tratando de salvar mi encendedor en desgracia, y él era el dragón que lo había secuestrado, estábamos muy muy cerca y… y… y… Y…. me golpee mi mentón con su hombro (lo sé, lo sé, soy mega híper supermassive torpe, cosas que solo me pasan a mí, lo sé); y en ese momento ridículamente dulce me vi como un chico de 14 años tratando de dar su primer beso. Cosa que me llevo a un enrojecimiento disimulado.

Llego el 27 de diciembre y nuestra linda historia terminaba por problemas internos de él, ese mismo día a medida que él me decía el por qué del fin yo pensaba tristemente “¿otra vez?” pero seguí meditando y llegue a la conclusión “ bueno, gracias por haber sido tan tu conmigo, de verdad gracias, ¿amigos?”; ahí me di cuenta que fue para mejor, porque aunque no haya resultado lo nuestro no lo quería ausente en m vida y eso me hace feliz, aunque debo reconocer que me costó un poquitito aceptar esto que él me decía. Y así terminaba mi dulce diciembre.

Me acorde de las primeras conversaciones con el Sr Bellamy y se me vino a la mente un dicho “un clavo saca a otro clavo”, esto se me paseo por la cabeza cuando recién hablaba con él y deje de pensarlo en el momento de nuestra primera cita.

No sé nada de albañilería, menos de construcción, pero eso de los clavos y los clavitos no es tan cierto, ya que con el Sr Bellamy no fue así, como lo pensé en un principio antes de conocerlo (en mi celular suena Starlight, sorpresa), si no que fue muy diferente, termine muy enganchado de él. 

En cuanto a clavos, para el maestro albañil, al sacar uno de una pared siempre queda el hoyo que dejo este clavo, es imposible poner otro en su lugar; no es bueno en ningún caso hacerlo ya que no cabe porque siempre los clavos son diferentes, también no es bueno porque el maestro cae en la susceptibilidad del arrepentimiento después. Lo mejor es clavar en una parte y luego en otra, ¿has tratado de desclavar con otro clavo? Es humanamente imposible, por eso lo mejor es rellenar su rastro, enyesar y poder clavar nuevamente en otra parte de la pared, en cualquier momento, en cualquier lugar, ya que te das cuenta que ambos clavos dejaron un rastro de que ahí estuvieron.

Este escrito, lo termine en un rincón de un parque, en ese mismo parque, en ese preciso rincón que vi al Sr Bellamy por última vez y me produce una satisfacción enorme saber que me tope con él, con el lindo, simpático y loco Sr Bellamy, que a veces sin querer imagino que hubiera pasado, si no hubiesen ocurrido los problemas internos...

pd: las fotos las saque ese mismo ultimo dia.

3 meses después…

Caminando por la calle Republica el día 14 de marzo para el primer día de clases de mi actual carrera iba con unas ojeras inmensas y un dolor de estomago del nerviosismo, pensando en lo inolvidable que sería el primer día de clases, y mientras atravesaba la calle Sazie, con 2 celulares en las manos, con un cigarro en la boca y escuchando música pensé “quizás me encuentre con el Sr Bellamy pero sería una enorme casualidad digna de película”

Al llegar a una universidad con mis mismas ojeras, celulares, audífonos, dolor de estomago y terminando aquel cigarro, caminando distraídamente por los edificios paso por fuera de una institución X y veo a alguien que se me hiso extrañamente familiar, y pase por su lado…

-Hola (yo... con cara de asombro)

-Hola (él... con su cara de extraña felicidad)