25/3/13

Cuando Grande Quiero Ser Hetero





“Era temprano y me arreglaba para ir al nuevo colegio, a 6to básico, algo totalmente nuevo para mí. Primera vez que cambiaba tan rotundamente y estaba tan feliz de ver cosas nuevas… estaba.


Me senté al lado de un niño llamado “Pedro”, siempre jugábamos en el recreo a pilotear una nave, nave cual él manejaba como un raudo capitán y yo como su fiel acompañante. Recuerdo que estábamos jugando tan cómicamente que terminamos tirados en el pasto:


- ¿Jamás me dejaras de lado verdad Pedro?

- No Javier, estamos unidos por siempre por la Pofridzer (Nombre de la nave que aún recuerdo, la verdad es que aún no olvido a Pedro, mi único amigo.)


Una semana después de que entramos a clases tuvimos que hacer una disertación, Pedro no llego así que tuve que pararme en frente de 32 compañeros, hombres y mujeres y hablar sobre las costas de Chile, me habré quedado como 3 minutos cuando los “uuuuy” comenzaron a escucharse y el profesor me hiso sentarme, sin haber terminado, ni siquiera me dejo decir algo. Luego de eso las cosas comenzaron a empeorar.


Un día estaba caminando con Pedro por un corredor del colegio, cuando de repente pasan 2 niños diciendo “ahí va la parejita de maricones, duele que te la metan?”  Acompañado de un empujón, a lo cual caí y vi que salieron corriendo mis compañeros. Pedro me levanto y al yo decirle esto a mi profesor, simplemente él me ignoro. Y siguió hablando con otros 3 profesores.


Tres días después de ese incidente al llegar a mi casa escuche a mi mamá gritar en el teléfono cosas horrendas: “mi hijo no es así, no tiene la culpa, no es un degenerado, apenas te vea te sacare la cresta, con mi hijo no te metes puta, campesina”. Luego de eso mi mamá me pregunto si es que yo le había hecho algo a Pedro, le comenté que no lo había visto y que él me ayudo a pararme luego del empujón de los niñitos, Pedro era el único testigo de eso, era mi único amigo. Pero al parecer a Pedro lo habían sacado del colegio porque según mi profesor, “un maricon”, le estaba haciendo cosas a los niños.

Paso eso y luego los niños me insultaban, me pegaban y dibujaban cosas feas en el pizarrón con mi nombre en ella, me robaban los cuadernos, las niñas me tiraban el pelo, como dolía, era como si unas agujas se clavaban en el casco. “Eso te pasa por maricon, porque te gusta el pico”, “eso te pasa por llorón, las niñas lloran, maricon, maricon, maricon” lo gritaban, era algo ensordecedor  y la única vez que me defendí fue cuando me dijeron que era un “hijo de puta”, aun siento el hueso de la nariz de Cristofer, el niño que junto con sus amigos me hacia la vida escolar un infierno. Y cuando creí que luego del golpe en la nariz que le di todo terminaría, me equivoque, por que empeoro.



Recuerdo que varias veces mi mamá me preguntaba cómo me había ido, y yo respondía siempre escondiéndome los moretones de los golpes bajo la camisa: “bien mamá”, siempre creí que mi mamá estaba feliz con mi hermana pequeñita, ella no era asquerosa, yo sí.


Ya no quería levantarme, no tenía ni hambre y siempre tenía sueño, era lo mejor que podía hacer, dormir, así los días pasaban y llegaba el sábado, día en el cual no veía a los niños pesados que tenían manos como piedras. No era lindo ver en el espejo mi cuerpo con moretones en las piernas, brazos, espalda y unas que otras zonas rojas en el estómago. No podía alcanzar algo que estaba en altura, mi estatura es corta y mis brazos siempre estaban adoloridos, la vergüenza siempre se sentaba al lado mío para recriminarme que me merecía todo esto por ser lo que ellos me gritaban en la oreja siempre, “un maricon”.


Ya era octubre, quedaba poco para terminar el año escolar y ese era mi único deseo, así dejaría de ver a los niñitos pesados. Llego un viernes y 2 compañeras me dijeron que mi bolso estaba en el baño, ahí lo habían dejado los niños de siempre… fui y claro, estaba lleno de agua y mis cuadernos estaban rajados, el baño tenia agua y papeles; al tomar la mochila iba saliendo y las 2 niñas me cerraron la puerta. Gritaban “está adentro el maricon” y cuando ya me cansé de empujar la puerta llego Cristofer y esos niñitos pesados, “acá estay maricon asqueroso” dijeron, se rieron mientras me tiraban las hojas del papel mojado de mis muertos cuadernos. Uno de los niños se me acerco y me tiro el pelo, “déjame tranquilo” le suplicaba al mismo tiempo que él dijo “hay que pegarle a los maricones como vo’” y me empuja, no pude afirmarme y mi cabeza se azoto en la cerámica de la pared, sentí algo caliente que bajaba por la cara, me puse a llorar, porque lo que bajaba era sangre. Luego Cristofer me tomo por la espalda y yo quede inmóvil, lo que le permitió a los niñitos pesados pegarme patadas y puñetazos, me dolía mucho, eran tan fuertes que podía sentir los huesos de sus manos en mi cara; rogaba por que terminara todo, me dolía la cara y el estómago, sentía sus nudillos. Luego me empujaron y me caí al piso esta vez y vi como los zapatos de colegio de esos niños golpeaban mi cara, mi estómago, mis piernas y mis brazos, Cristofer tomo mi bolso y me lo tiro en la cara diciendo “hacete hombre maricon asqueroso” y se fue con sus amigos. Me quede acostado en el piso, que era una combinación rara de papeles, agua y sangre por más de media hora, hasta que me levante, me saque una muela que se desgarro debido a los zapatazos en la cara. Me mire en el espejo llorando por dolor, pena por mí mismo, rabia, asco y conmoción y dije “cuando grande quiero ser hetero”.


En el colegio todos sabían que le habían sacado la cresta al niño maricon en el baño, todos sabían, profesores, auxiliares, alumnos y los tíos del kiosco, pero nadie hiso nada. El niñito maricon se lo merecía por asqueroso."


Llegue a mi casa y mi mamá me abrazo llorando apenas me vio con la cara hinchada y con sangre seca en gran parte del cuerpo, le conté todo lo que pasaba en ese 6to básico de escuela de campo, ella se apretó los nudillos… al día siguiente mi mamá llego a la casa diciendo “te vas, el 7mo lo haces en santiago”.

Comencé una nueva vida, había bromas y golpes en ese nuevo curso, pero todo fue devuelto, ya que todo era en tono de broma, en tono de juego, como siempre debió haber sido.



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Según las cifras del Movilh desde 2002 se han registrado sólo 19 hechos de discriminación en el sistema escolar por homofobia. Una cifra que sólo se explica por el temor a hacer público el caso. Sin embargo, un reciente estudio realizado por la misma ONG -a petición del Colegio de Profesores y patrocinada por la Internacional de Educación- da cuenta de otra realidad. El 90% de los docentes y el 71% de los estudiantes han conocido al menos a un o una estudiante o profesor/a homosexual o transexual. Una realidad que, desgraciadamente, va de la mano con la discriminación.


La tolerancia, palabra prostituida últimamente, se debe enseñar desde pequeños, desde una mirada de niños se puede evitar la ignorancia y evitar que pasen este tipo de cosas horrorosas, enseñándoles a nuestros niños el respeto básico por sus pares. Enseñándole el respeto propio a nuestros niños se crea una sociedad con el cambio que se grita en marchas y habitaciones donde dos homosexuales o dos lesbianas lloran por no poder vivir como cualquier persona “normal”.

11/3/13

Renacimiento





Pa’ juera lo malo y que venga lo bueno que a brazos abiertos lo espero.


Y llego el momento en el cual uno se cansa de la misma mierda de siempre, sin sentido y sin algún final. Uno muchas veces se dice “es hora de un cambio”, pero jamás me había recorrido una sensación eléctrica al hablar de algo más grande que esto, un renacimiento, hasta ahora.


Y luego de hablar con la Marisol (la que me hiso escribir originalmente mi primera columna) a la salida de nuestro trabajo me vino toda esta energía encima que estoy (al fin) aprendiendo a canalizar. Fue un vendaval de desafíos propios que están más al alcance de mi mano. Mano que ahora tiene fuerza para tomar con seguridad estos desafíos, hasta este lápiz que logra acalambrarme las manos (como extrañaba eso). 


Y todos decimos al resto que cambiamos, pero todos fallamos con eso, iniciando esa frase, y cuando ya se dice es demasiado tarde para darte cuenta que sigues con los mismos errores que no cambiabas. Me canse de mirarme en el espejo y decirme “no más”, “nunca más”, porque la fuerza de voluntad en ese momento se vuelve una pequeña niña indefensa ante el monstruo de la costumbre y los duendes de la decepción. Pero nos damos cuenta que estamos cagandola y se nos abre la puerta del cielo cuando las personas correctas te dicen las palabras perfectas en el momento menos indicado. 


Y en mi caso, la Marisol influyo netamente en mi nuevo yo, ya que la vi tan decidida en sus proyectos futuros que me mire y me dije “a ti también te toca Daniel” y hasta mi Electropia con su risa y sus alegatos típicos de esclava de tienda me tendieron una mano, porque con su risa me dijo “anda a escribir al pasto más cercano”, le hice caso y me llene de energía para terminar casi con una artrosis en la mano derecha y con una hoja completa escrita de mi croquera en menos de 20 minutos. 

Con estas pequeñas acciones mis 2 grandes almas gemelas me dijeron que no debía cambiar, si no que renacer. Y hasta mi querido Ró me lo ha dicho: “creciste”. Mentalmente renacer, cortar las ramas de mi parque para que el aire de un día nublado me diera en la cara sin el desagradable sol.


-Renacer como un joven responsable (sobre todo puntual, lo más difícil).


-Renacer con vista hacia el futuro (según parte X de la película Abraham Lincon: mi padre siempre decía que somos como un árbol, con una estructuran fuerte, la gran pregunta es ¿Dónde echamos raíces?).


-Renacer con más vanidad y menos egocentrismo (porque adoro como me veo un día con la madre tierra, otro día darks, otro día súper true metal y para terminar como un simple ser humano que le dio paja buscar ropa bonita para irse al instituto).


-Renacer con más humildad (porque reconociendo errores, asumirlos, agachar el moño, pedir disculpas y sentir que la incertidumbre se va y vuelve lo que por un momento viste como una amistad perdida, es lo más maravilloso que existe, ser humilde no es ser arrastrado como lo pensaba, ser humilde es usar un torniquete a una pequeña lesión para que se pueda curar).


Y recuerdo cuando recién pensaba en esto, sonaba Joss Stone luego de Anneke Van Giersbergen  en mi celular y me reía solo, alzando las manos por pleno Baquedano, caminando y jurando que protagonizaba ese video musical. Recordando a mi nuevo sobrinito que nació justo el 11 de febrero. Y hoy se cumplen justo 2 años de visitas a mi parque.


Todos queremos cambiar, todos nos proponemos a cambiar, pero cuando lo decimos, volvemos a caer, porque simplemente no nos llena esa idea, no nos produce sensaciones corporales. Por lo mismo, cuando esa electricidad me recorrió el cuerpo decidí de alguna manera renacer. 


Pa’ juera lo malo y que venga lo bueno que a brazos abiertos lo espero.










Agradecimientos especiales a:

+Sole (mi querida madre ejemplar, no te pierdes, te veo exitosa y feliz, gracias por ser tan tu conmigo)

+Ró (mi querido terrible emo darks hipster, prende la luz que quizás el plástico de una vez se transforme en cristal)

+Diego (semental hetero muy muy macho con tendencias al anti-amor te odio, creo que es justo que me compres una cerveza de 1 litro)

+Gabo (¿tantos vaivenes nos marean cierto? adoro que seas testigo de toda la "maldad" te adoro) 

+Marisol (por tu influencia y tu maldita manera de cambiarle la vida a quienes te rodean, te amo amiga)

+Joseph (maldito, extraño verte y no saber en qué rincón de Santiago terminaremos)

+Cami (enferma de la cabeza, admiro tu fuerza de voluntad, tu humor excelente  y tus hermosos tatuajes, sos divina)

+Vieja (o mejor conocido como Paly) (siendo tan distinto a mi te considero alguien muy importante querido)

+Electropia (trabajamos y estudiamos!! Somos adultos!! Me haces falta)

+No revelare nombres aun, pero un agradecimiento especial a mi futuro esposo. Chan.


A quien no nombre no significa que no lo tome en cuenta, significa que no recuerdo, bueno, ustedes me conocen.