er
Cuando pasaron 2 semanas desde que te fuiste me dije: ya basta, ya no mas… y yo me fui del lugar en el que estúpidamente te estuve esperando, cosa que sabia que no lo harías… pero la esperanza me hacia esperar.
Llore tanto por una persona que pensaba en frases de canciones que decían “no me quedan lágrimas” y es increíble que no sean tan metafóricas esas frases. Y era lamentable esa situación por que pensé que no podía salir y me vi tan hundido y acabado por las promesas y palabras que me sentía como si un auto me hubiese pasado por encima: no lo creía y sentía dolor.
Pero se cerró la etapa que pensé insuperable y más grande que mí. Si yo pude enamorarme de alguien, olvidar el orgullo por alguien, perder la cabeza por alguien, ser herido por alguien, extrañar a alguien y luego recuperarme y seguir ¿Por qué otros no pueden?
Y es que hace unas semanas atrás me encontré nuevamente pidiendo respuestas de algo que era evidente, no me amaba, no me extrañaba… y por ende, no quería verme. Aunque en ese momento hubiese implorado por eso.
Mis preguntas eran ¿solo yo quiero volver a verte? ¿Solo yo te extraño? ¿Solo yo quiero mantener viva una conversación contigo como antes? Era lo mismo, volvíamos retóricamente al “no hablare de esto” y volviste a correr, como siempre lo haces; y me volví a caer pidiendo que tu me levantaras… pero nuevamente no lo hiciste. Y desesperadamente te llame y al escucharme cortaste la llamada, y con ese ultima patética y arrastrada acción tuve todas las respuestas que no me diste:
- No me amabas como lo dijiste hace unos días atrás de ese incidente
- No me extrañaste
- Estaba haciendo el gran ridículo queriendo hablarte
- Fui tan patético al tener esperanzas de que volverías
- Ya había muerto todo
Esto que paso lo tomo como una de esas pocas lecciones de vida que de verdad te dejan algo, que quizás era necesario en mi, ya que lamentablemente no aprendemos hasta tropezar 3 veces con la misma piedra; lo peor ya paso y cuando te extrañe pensare en las excusas que me diste para irte y en el sonido del teléfono después que me cortaste y así se me olvida lo mucho que estuve dispuesto y predispuesto para ti y en las cosas que hice por ti para que estuvieras… en resumidas cuentas eso hace que lo poco de presencia tuya que queda en mi se valla.
Ahora pienso que si no era contigo, fue por que no pertenecías a mi vida como creía.
Ahora borre toda la información tuya para evitar contactarte.
Ahora miro tus fotos y siento lo que quería sentir… nada.
Ahora si nos vemos en algún lugar que frecuentábamos juntos no sentiré nada mas aparte del dolor de estomago.
Ahora me encontré y me siento feliz por eso.
Ahora ya no pienso en lo que me decías porque te fuiste y lo que me digas ahora serian solo palabras.
Y en su momento hubiese sido correcto sacarte los ojos… pero ¿Cómo miraras a tu alrededor y veras que estas solo? ¿Cómo podrás llorar la cuarta parte de todo lo que yo te llore extrañándote?
Y como escribí por alguna columna pasada... cuando unos se marchan los correctos llegan.
Ya tu escena termino en mi obra, pero ahora no eres el personaje principal, por que me di cuenta que la función sigue sin ti y eso te transforma en un actor de reparto más.
¿Cuándo nos damos cuenta que le damos el poder a alguien para destruirnos?
Respuesta: cuando lo hace…
Pero cuando tomas los trozos que quedaron de ti, te logras armar y te ves en el espejo… eres tu! Y ya compuesto de todo el daño que paso puedes decir: ahora… yo te dejo.